REPORTE DE LECTURA N° 3

De pronto les llego la noticia  a Olivetti y al Camarlengo de que cuatro cardenales que supuestamente deberían estar en la capilla Sixtina habían desaparecido, nadie sabía el motivo, estos tenían que estar presente en el conclave que se llevaría en la capilla del Vaticano.
Estos eran: el cardenal Lamasse de Paris, Guidera de Barcelona, Ebner de Frankfurt  y Baggia de Italia.

Este último era el que tenía más posibilidades de suceder al Sumo Pontífice. Se mencionó durante esto a los “hassassins” quienes eran los templarios, ejercito que había sido perseguido o traicionados por el vaticano. Mencionaban que en tiempos pasados las muertes eran mediante la inquisición, la tortura de los caballeros templarios y las cruzadas, esto servía para hacerlos mártires.

La purga fue en 1678, la iglesia marco a cuatro científicos Illuminati con el símbolo de la cruz, como un castigo a sus pecados, después de marcarlos, fueron asesinados y sus cuerpos arrojados a lugares públicos de roma como advertencia a otros científicos de que no se unieran a los Illuminati.

La desaparición de estos cuatro cardenales fue en una tipo venganza. Esto será más elegante y audaz que lo que fue la iglesia. Se sacaran a los cuatro cardenales de su ciudadela, les colocaran unos explosivos mortíferos en el corazón de su templo más sagrado, a medida de los asesinatos y las víctimas serán encontradas, los medios de comunicación acudirán como un enjambre y a media noche el mundo conocerá la causa de los Illuminati.

Camarlengo dijo- el mundo no necesita de un nuevo Papa, después de medianoche no tendrá nada que gobernar, salvo a un montón de escombros, la iglesia católica está acabada, su reinado en la tierra está acabado.

Una iglesia es mas que mortero y piedra, no se puede borrar de un plumazo mas de dos mil años de fe. No puede aplastar la fe destruyendo sus manifestaciones terrenales.

El vaticano es una fortaleza porque la iglesia católica guarda la mitad de sus riquezas entre sus paredes; cuadros únicos, esculturas, joyas valiosísimas, libros de valor incalculable, además de los lingotes de oro y las escrituras de bienes raíces en las cámaras acorazadas de la banca vaticana.